EL SALT, XIXONA
Es una ciudad antigua que no
conoce de calles niveladas, sus casas, en su mayoría desgastadas por las décadas,
se han acomodado a lo largo de una colina sin un diseño urbanístico muy claro, coronado
como no podía ser de otra manera, con su antiguo castillo en lo alto de la “Peña
Roja”. Aunque aquí se producen los mundialmente reconocidos turrones en
invierno y helados en verano, su distribución local y su oferta comercial es
casi nula y además de las vistas al mediterráneo solo cuenta con un lugar de
interés recreativo, “El Salt”. Para llegar hace falta caminar por
carretera hasta un pequeño pasadizo bajo la misma y después de 15min. por un
camino empedrado de lo más normal encontramos este paraje idílico, en el que
una pequeña cascada que brota por debajo del camino de las mismas rocas, se desliza por ellas hasta
caer en un piletón turquesa cubierto de líquenes y plantas. El risco que
envuelve este lugar forma un pequeño anfiteatro que protege del viento y
acumula el calor del sol, lo que se traduce en un lugar especial para hacer
picnic, tomar el sol como lagartos, bucear en aguas tan puras como refrescantes
y gozar de un enclave natural con cierta “intimidad”.
MORAIRA
Es un municipio tranquilo de
casas lujosas que bordean los grandes riscos de la costa blanca, como antiguo
enclave de pescadores aún se celebran subastas de pescado en su agradable
lonja, el sitio ideal para degustar marisco fresco frente al mar, mientras los remeros
de pie en sus tablones de surf montan en cámara lenta el tímido oleaje del mar
manso. Además de venir a buscar unos días de relax junto a Phil el parisino
andaluz, Caro la buena e Ilse la fotógrafa, decidimos venir hasta aquí por la
excursión senderista a la “Falla del Moraig”. Esta ruta comienza en una cala cubierta
de pequeñas piedras redondeadas donde practicamos “piedroterapia” (por no decir
que dormimos la mona) A un lado hay una caverna en la que se aprecian arcos naturales
sobre el mar. Habrá que salir y subir los barrancos durante casi una hora para llegar
a la mencionada Falla, que como característica inevitable por su denominación,
se alza en abruptos 90º grados desde el mar hasta mucho más allá de nuestras
cabezas. No puede faltar una pasada por el mirador que se encuentra carretera
arriba, desde aquí se aprecian panorámicas espléndidas.
CRESTERÍA DEL FRAILE
El parking central de Xorret de
Catí, 25km al noroeste de Alicante, es el punto desde donde comienzan diversas
rutas senderistas. Nos decidimos por “La cresta”, un recorrido circular de unas
5hs (paradas incluidas) que comienza por un camino de piedritas hasta los pies
de la misma. Una semi-escalada bastante divertida de unos 200mts hacia la cima
es el tramo de mayor dificultad donde habrá que tener cuidado con los
resbalones, ayudarse de rocas y utilizar todo el cuerpo para subir a la vez que
evitamos arañarnos con las plantas picudas. Después habrá que “crestear”
durante casi dos horas sobre lajas de piedras de diversos grosores, paralelas
entre sí indican el camino a la vez que son potenciales lesiones de tobillos.
No es una ruta difícil pero exige un buen calzado de suela dura y reservas de
agua apropiadas ya que casi no hay sombras disponibles en toda la cresta, que
al carecer de obstáculos visuales,
regala permanentemente lejanas panorámicas de 360º culminadas por horizontes
montañosos. Esta roca tiene un grip natural muy fuerte que alivia la abrupta
bajada sin soportes laterales que da fin a la cresta. Bordeando sus faldas
llegaremos al “Pantalet” un antiguo pantano ahora seco que nos llevará hasta un
muro empedrado a modo de represa con un “supuesto túnel”, habrá que sortearlo y
continuar a lo largo de unos pequeños canales de agua hasta cruzar una
carretera y emprender la parte final a través de una arboleda ajardinada que
nos llevará nuevamente al parking.
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