13 feb 2012
2010, PARQUE NATURAL SIERRA MARIOLA
Para comenzar la caminata primero hay que llegar
en coche hasta el punto de partida, cuestión bastante difícil para los que no
conozcan el lugar, por lo que el mejor concejo es estudiarse muy bien el camino
antes de salir y estar dispuesto a preguntar el rumbo continuamente a los
peatones. Ya en la sierra se sigue por carretera algunos minutos hasta un
rústico restaurante que sirve como principio y fin de este circuito. La primer
parte dispone de lugares acondicionados para el picnic, en cuanto se toma el
primer desvío que nos aleja del arroyo transitaremos senderos cerrados por la
vegetación árida. Más adelante comienza un ascenso despejado con paisajes
lejanos, el sendero se esfuma para abrirse en extensiones de piedra que
desorientan al inexperto. Hay que buscar las marcas en las rocas para llegar a
la cima, al cañón, donde planean poderosos halcones cuyos nidos están al otro
lado del risco, en los huecos visibles en la foto. Cuando estos rapaces de más
de 2mts de envergadura surcan el cielo cercano, se siente una mezcla de adrenalina
y asombro que te deja inmóvil y boquiabierto. Mientras posábamos para la postal
senderísta al borde del cañón, uno de estos majestuosos apareció desde abajo a
gran velocidad petrificándonos a todos menos a Ilse, que no pudo cerrar la boca
mientras le fotografiaba. La sima permite una caminata guiada por una cruz de
hierro de unos 10mts que se alza frente a una pequeña capilla donde antiguos
peregrinos dejaron sus cartas y peticiones. El descenso por caminitos de
piedras sueltas y redondeadas se hace largo y lento ya que estas se deslizan
fácilmente, los culazos en este tramo son normales. La vuelta finaliza
siguiendo el curso de otro pequeño arroyo y en total, con paradas y todo, serán
unas cinco o seis horas de una bonita experiencia senderísta.
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